No destruyan la protesta social
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Por Franklin Moreno Quezada
Seis toneladas de drogas capturadas en varios operativos, actos vandálicos, y saqueos nos obligan a rebelarnos y resistirnos contra la falsa protesta indígena que busca destruir la sociedad que estamos reactivando: ¡No lo permitamos! No. ¡No!
Los activistas defensores de los derechos humanos estamos muy preocupados por la distorsión de la protesta social un mecanismo que permite al ciudadano y a colectividades ser oídos y escuchados cuando se vulneran o pretenden vulnerar sus derechos.
La protesta social es un medio de resistencia frente al ejercicio del poder público que debe satisfacer las necesidades insatisfechas de la sociedad que exige bienestar y respeto a sus derechos fundamentales.
La protesta social es una expresión de libertad, se puede exteriorizar de múltiples formas, en calles, plazas, en marchas y pregones hasta ser escuchados, y lograr que el poder público rectifique, restituya los derechos vulnerados o que se satisfagan las necesidades exigidas, pero todo ello dentro de un ambiente de respeto al orden social y material, y sobre todo respetando los bienes, y a quienes no comparten nuestras decisiones
Pero no es protesta social utilizar objetivos políticos con intereses desestabilizadores del gobierno constituido y buscar su derrocamiento.
El problema principal que afecta a la nación y que ansía solución es el auge del crimen organizado, la impunidad, su vinculación narcodelictiva y el sicariato, pero esa no es la bandera de lucha del paro nacional indefinido que lidera un movimiento indígena, sino que el objetivo es el derrocamiento del gobierno y la declaratoria de perseguidos políticos a los prófugos y enjuiciados por corrupción pública.
Mientras se paraliza el país, se destruyen bienes privados y estatales, se impide el abastecimiento de productos y alimentos, y se extorsiona con violencia, y se inicia el hambre y la necesidad es una estrategia siniestra: ¡Una mayoría legislativa está que se derrite por sacramental una conmoción política, y ya saben lo que viene! ¡Dile no! (O)